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Reaviva el don que has recibido. Iniciamos la semana de la Familia en el colegio. Para ello la Pastoral del colegio nos invita a vivir de manera especial, y nos ha enviado con nuestros hijos un material especial: Familia, escuela de amor. El padre Pepe, en su predica dominical nos invita a cada uno a vivir este tiempo de Misión Familiar.
Misa de Sanación. Cuando oren con fe, el enfermo sanará y el Señor lo levantará, si ha cometido pecados les serán perdonados. Se invita a toda la comunidad, a todos quienes padecen algún dolor a la misa de sanación que realizará el padre Carlos Delaney CSC, el próximo domingo 21 de Octubre a las 16:00 hrs.
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Testimonios: Los testimonios siempre son un regalo, porque expresan lo que cada uno siente profundamente en su relación con el Señor. Dos apoderadas, que asistieron a los talleres de oración que ofreció la Pastoral Familiar, basados en el Taller del Padre Larrañaga, nos regalan lo que vivieron. En Pilar de Formación los podrás encontrar.

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Testimonio de Esperanza: La semana pasada y antepasada, tuvimos la
oportunidad de participar en las reuniones del apoderados, dispuestos a conocer de la evolución de nuestros hijos. Reconforta ver el interés de los padres que concurrieron masivamente. La nota diferente la pusieron un grupo de testigos, un grupo de misioneros que tuvieron la gracia de participar en Le Mans de la betificación del Padre Moreau. Ellos nos regalaron su testimonio. Compartimos aquí uno de ellos.

Testimonio de Esperanza: La semana pasada y antepasada, tuvimos la


Nuestro otro Beato: El hermano Andrés. En Canadá mas específicamente en la ciudad de Montreal, en el punto más alto de la ciudad, el Monte Royal, se encuentra el santuario, donde hoy descansan los restos del hermano Andrés. La familia Marín Rivero nos regalan su experiencia tras visitarlo.
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Invitación a realizar aportes para Punta de Tralca 2.008. Crees que debamos desarrollar algún tema en especial. Sientes que la comunidad del colegio necesita profundizar en algo en partícular. Envíanos tu propuesta a info@vidageorgiana.cl
Comentario del Evangelio dominical: Saboreamos este pasaje frase por frase.
De camino a Jerusalén.
El evangelista Lucas repite estas palabras a lo largo de su Evangelio; como un estribillo. Me está queriendo decir que la vida hay que vivirla siempre con la perspectiva de Jerusalén al fondo. Y que si pierdo esa perspectiva, pierdo el sentido de la vida.
Pasaba entre Samaría y Galilea y vinieron a su encuentro diez leprosos.
El grupo humano de los diez leprosos está compuesto por galileos y samaritanos. Son hombres muy distintos entre sí. Por tantos motivos: las ideas, la raza, la religión. Es un grupo humano que representa bien la convivencia social, siempre complicada; también en nuestros días. Como los diez leprosos, estamos condenados a convivir juntos los de derechas y los de izquierdas, los blancos y los negros.
Para una buena convivencia es necesario que nos fijemos mucho más en lo que nos une que en lo que nos separa. ¿Qué es lo que nos une?
Nos une la lepra; que simboliza muy bien todo aquello que crea distancias entre nosotros. Toda persona, mínimamente sabia, se da cuenta de que todos y cada uno tenemos nuestra propia dosis de lepra.
Nos une también la acción sanadora de Jesús que, poco a poco nos va limpiando a todos: sucedió que, mientras iban quedaron limpios. Mientras iban. Mientras vamos subiendo la cuesta de la vida. Pero esto lo tenemos más claro los que disfrutamos del don de la fe. Los que vemos más hondo que lo superficial.
Uno de ellos, viéndose curado, se volvió alabando a Dios. ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?
Esta es la tarea principal en la vida de todos nosotros los creyentes; si de verdad lo somos. Como lo fue para la madre de Jesús, cuya vida fue un continuo Magnificat. Así nuestra vida y nuestra convivencia serán más armoniosas.
P. Ángel Santesteban
De camino a Jerusalén.
El evangelista Lucas repite estas palabras a lo largo de su Evangelio; como un estribillo. Me está queriendo decir que la vida hay que vivirla siempre con la perspectiva de Jerusalén al fondo. Y que si pierdo esa perspectiva, pierdo el sentido de la vida.
Pasaba entre Samaría y Galilea y vinieron a su encuentro diez leprosos.
El grupo humano de los diez leprosos está compuesto por galileos y samaritanos. Son hombres muy distintos entre sí. Por tantos motivos: las ideas, la raza, la religión. Es un grupo humano que representa bien la convivencia social, siempre complicada; también en nuestros días. Como los diez leprosos, estamos condenados a convivir juntos los de derechas y los de izquierdas, los blancos y los negros.
Para una buena convivencia es necesario que nos fijemos mucho más en lo que nos une que en lo que nos separa. ¿Qué es lo que nos une?
Nos une la lepra; que simboliza muy bien todo aquello que crea distancias entre nosotros. Toda persona, mínimamente sabia, se da cuenta de que todos y cada uno tenemos nuestra propia dosis de lepra.
Nos une también la acción sanadora de Jesús que, poco a poco nos va limpiando a todos: sucedió que, mientras iban quedaron limpios. Mientras iban. Mientras vamos subiendo la cuesta de la vida. Pero esto lo tenemos más claro los que disfrutamos del don de la fe. Los que vemos más hondo que lo superficial.
Uno de ellos, viéndose curado, se volvió alabando a Dios. ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?
Esta es la tarea principal en la vida de todos nosotros los creyentes; si de verdad lo somos. Como lo fue para la madre de Jesús, cuya vida fue un continuo Magnificat. Así nuestra vida y nuestra convivencia serán más armoniosas.
P. Ángel Santesteban
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