15 abril, 2008

Semana del 13 al 20 de Abril





La esperanza no es fingir que no existen los problemas, es realmente la forma más exacta de encontrar las soluciones que nos brinda la vida cotidiana. Es la certeza de saber que las dificultades no son eternas, que las heridas curarán y los inconvenientes se superarán. Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación absoluto de nuestro interior, la que nos guiará desde la oscuridad haca la luz.

(extracto encíclica Spe Salvi)


14/04/08, Lunes de la cuarta semana de Pascua (Jn 10, 11-18)

Yo soy el buen Pastor.
¿Por qué Jesús usa tanto el YO? Es porque quiere dejar claro que el ser cristiano es, ante todo y sobre todo, una cuestión de relación personal con Él; no una relación con unos mandamientos o normas. Que no me vale con ser, más o menos decente o buena gente.
¿En qué consiste esa relación personal con Él? Jesús la describe en ese cuadro que nos pinta del pastor y las ovejas. A sus ovejas las llama una por una, por su nombre; va delante de ellas; las ovejas le siguen porque conocen su voz. Él ha venido para que sus ovejas tengan vida y la tengan en abundancia.
Claro que no todos los que le escuchaban estarían de acuerdo con Él en eso de Buen Pastor. Tenían otra idea de lo que ser un buen pastor significaba. Las personas más ponderadas y serias le tenían por comilón y borracho; además le gustaba frecuentar malas compañías. Los que así pensaban basaban su vida espiritual en las distinciones y separaciones; Jesús fundamenta su seguimiento no en las distinciones sino en las comuniones.
Nosotros sí estamos de acuerdo en lo de Jesús, el buen Pastor. A pesar de nuestras incongruencias.
Imaginemos la escena. El pastor delante; las ovejas detrás. Se respira serenidad. Nada de tensiones; nada de miedos a posibles castigos. El entrega su vida porque así lo quiere. No es que el Padre quiera su muerte; lo que el Padre quiere es su gloria. Y todo para que las ovejas tengan vida abundante. Las ovejas tienen confianza absoluta en su Pastor.
Ésta es la atmósfera que debe dominar en mi relación con Jesús: cordialidad y confianza.
Yo soy el buen Pastor y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí

P. Ángel Santesteban

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